¿Para qué te sirve vincularte con tu banco?

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Cada vez va siendo una práctica habitual que los bancos te exijan un mayor grado de fidelización como paso previo para mejorar las condiciones de contratación de muchos de sus productos. Ya no se contentan con captar a nuevos clientes, van más lejos y lanzan todo tipo de estrategias comerciales para que la vinculación de sus clientes sea cada vez mayor, y no se dejen influir por las ofertas de la competencia. Para ello ofrecen toda una batería de propuestas de las que pueden beneficiar a sus clientes.

Dentro de los actuales niveles de vinculación, el más desarrollado parte por el requerimiento de la nómina o pensión de sus clientes. Pero también por otros, de no menor importancia, como es la suscripción de seguros, planes de pensión, fondos de inversión… Y con la recompensa que tendrá finalmente el cliente de que conseguirá mejores condiciones de contratación, principalmente en los productos de financiación.

La vinculación con los bancos reportará mejoras en la formalización de sus créditos, con uno o dos puntos porcentuales más bajos que en los tipos de interés que habitualmente aplican a estos productos en condiciones normales. También las hipotecas se rigen bajo estos mismos parámetros comerciales, reduciendo sus diferenciales de forma más sustancial, especialmente si se suscriben un paquete de productos bancarios.

En el caso de la domiciliación de la nómina, pensión o ingresos regulares se abren nuevas ventanas para favorecer a los clientes. Básicamente parten de la exención de comisiones, pero también alcanza a la mayor rentabilidad de los depósitos a plazo, adelantos de nómina, o incluso permitir descubiertos en los saldos de sus titulares.

A cambio, los clientes tendrán mayores obligaciones con su entidad, y las exigencias monetarias les obligarán a desarrollar mayores esfuerzos económicos, y que si bien pueden ayudarles en su dura tarea de incentivar el ahorro, les generarán más gastos, y con ello se elevará su nivel de endeudamiento. Pero a pesar de todo, será un arma de negociación entre ambas partes, y de las que finalmente puede aprovecharse el usuario bancario.