Las cuentas, ¿qué aportan?

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No cabe ninguna duda que uno de los productos bancarios más contratados por los españoles son las cuentas corrientes. Están comercializadas por todas las entidades de crédito, sin excepción. Ofreciendo una de las oferta más extensas del mercado. Las hay para todos los gustos y perfiles de clientes: jóvenes, mayores, autónomos, profesionales, etc.

Pero, ¿en que se asienta este éxito de las cuentas? Ante todo es que son necesarias para realizar las principales operaciones bancarias, desde una transferencia nacional hasta la retirada de efectivo. Y lo que es más importante, en buena parte de sus diseños están confeccionadas exentas de comisiones y otros gastos de gestión. En principio, no cuesta nada su mantenimiento.

Con respecto a su rentabilidad, hay que indicar que no es precisamente uno de sus puntos fuertes. Genera actualmente una remuneración bajo mínimos, en donde es muy difícil superar la barrera del 0,25%.

A no ser que sean de alta remuneración, destinada a determinados segmentos sociales, o sencillamente está asociada a la domiciliación de la nómina (o pensión) del cliente. Y en cuyo caso, podría rebasar el 1%, incluso algo más en ciertos modelos de ahorro.

Uno de los apoyos que materializa para venderlas ante los clientes es que reporta una serie de servicios de gran utilidad para sus titulares: la posibilidad de obtener tarjetas de crédito o débito completamente gratuitas, acceder a los restantes productos bancarios, e incluso suscribir un seguro, bien sin ningún desembolso monetario, o con importantes descuentos.

Además, es un instrumento totalmente necesario para domiciliar todos los recibos domésticos (agua, luz, gas, etc.) y profesionales (pago de autónomos, obligaciones fiscales o cuota de colegios profesionales, entre otros). Su practicidad en estas operaciones es incomparable con otros productos para el ahorro.

Y que incluso permiten desarrollar una bolsa de ahorro durante muchos años, aunque no esté debidamente remunerada. Al existir tantas propuestas, puede analizarse las características de cada cuenta, para finalmente decantarse la que mejor se amolde a nuestras necesidades como clientes, pero también como usuarios. Será una labor muy intensa al generase regularmente diferentes modelos que puedan satisfacernos.